En una noche, el
abrazo frío de tus labios libados en vino me abandonará. Tu fuerza desenredará
tus brazos, tus dedos, tus manos, de mí.
En cambio una terrible sombra asirá su lugar; diáfanas memorias, torpes tumbas, imitando, acariciando la sensibilidad con la crueldad del frágil sueño, de la atribulada pesadilla; recordar, no es lo mismo.
En cambio una terrible sombra asirá su lugar; diáfanas memorias, torpes tumbas, imitando, acariciando la sensibilidad con la crueldad del frágil sueño, de la atribulada pesadilla; recordar, no es lo mismo.
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