Que
noche oscura cernirá, como un manto sin estrellas, el día que tu sonrisa ya no
me sonría.
Será entonces un alba sin el sol, y el Este se sumirá en la indiferencia
lóbrega de un mundo sin luz, sin vos. No habrán tiempos que medien, ni páginas que
dar vuelta. Será como si hubieran sido siempre; la primavera el otoño, y el
goce de tus virtudes, una memoria translucida
de un sueño secreto, sepulto e inasible.
Que nuestras pasiones se laven en el Leteo y que las caricias nuestras que nunca fueron, no las tenga nadie.
Que nuestras pasiones se laven en el Leteo y que las caricias nuestras que nunca fueron, no las tenga nadie.
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