El
desolador vacío de tu ausencia.
No huyo de él. Lo abrazo.
Es lo último que dejaste antes de irte.
Me ahogo la respiración en él,
que llene mis pulmones de su hondo sopor
que relentezca mi andar
encorve mi espina
que me duela en los huesos
que me arda el corazón antes de dormir para siempre
y que sea el primer pensamiento al despertar.
No importa nada de eso.
Es lo último que dejaste antes de irte.
No huyo de él. Lo abrazo con mucho amor.
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